Gina Liliana Rojas Lizarazo
Fundación Iramacha
Colombia – Boyacá
Venado Cola Blanca (Odocoileus virginianus)
Gina Rojas, es una apasionada por los animales y desde pequeña ha querido trabajar por su conservación, una ideología que adquirió en las clases de ciencias naturales en su colegio. Este amor por la fauna, la llevó a estudiar biología y se ha desempeñado como docente universitaria y en proyectos de conservación de fauna silvestre.
Junto con un grupo de amigos biólogos, Gina fundó la fundación Iramacha, una organización de la sociedad civil, dedicada a la protección y conservación de la Biodiversidad Colombiana y comprometida con la responsabilidad socioambiental. Allí, su objeto social va encaminado a investigar, conservar, manejar de manera sostenible la fauna, flora, ecosistemas terrestres y acuáticos además de trabajar en la sensibilización, educación ambiental y desarrollo de proyectos destinados a la sostenibilidad ambiental.
Desde el 2005, Iramacha trabaja por la conservación en el departamento de Boyacá y actualmente se encuentran trabajando en la investigación del venado cola blanca (Odocoileus virginianus), recolectando información acerca de la presencia de la especie en zonas de páramos y zonas degradas por minería, además de cultivos de papa y cebolla.
La zona de acción, está focalizada en el corredor ecológico entre los páramos de Ocetá, ubicado entre los municipios de Mongua y Monguí y el páramo de Siscunsí en el municipio de Sogamoso. Llevan trabajando más de tres años en el seguimiento y monitoreo de la especie, realizando recorridos mensuales para el conteo de huellas, heces, instalación de cámaras trampas; para levantamiento de información de densidad poblacional, listados de especies vegetales consumidas por el venado para conocimiento de su dieta, abundancias relativas y conflictos hombre- venado por el uso de cultivos.
A pesar de las dificultades que se han presentado a lo largo de su trabajo de conservación, como la falta de recursos para el desplazamiento y la obtención de equipos necesarios para hacer monitoreo de esta especie, Gina y sus compañeros han logrado grandes resultados, pues han encontrado una notable recuperación de las poblaciones en las áreas donde se han podido realizar charlas informales, educación ambiental y algunas capacitaciones a los pobladores para disminución de la caza y también sobre la información de la importancia ecológica que cumple esta especie como dispersor de semillas en las zonas donde habita.
Para Gina, trabajar por la conservación del Venado se ha convertido en su día a día y llevar su mensaje de conservación a los niños y jóvenes es su principal objetivo, pues de ellos depende la protección de esta especie y su hábitat