Orlando Feliciano Cáceres
Fundación Bioandina Colombia FBC
Colombia – Cundinamarca
Orlando trabaja por la protección y conservación del oso de anteojos desde 1994, justo cuando logró rescatar el primer individuo, un oso macho juvenil que había caído en un campo minado en el departamento del Meta, en el sector del Alto del Tigre, el cual fue curado, rehabilitado y devuelto a la vida silvestre en los alrededores del PNN Chingaza.
Orlando descubrió su amor por los animales desde pequeño y siendo un niño siempre protegía y cuidaba a los animales domésticos y silvestres. En 1989 empezó a ser parte de la recuperación del cóndor andino en Colombia y posteriormente establece los primeros Centros de Rehabilitación de fauna silvestre en Cundinamarca, donde se estableció una propuesta para el cuidado de osos andinos. Desde ese momento hasta el día de hoy, han pasado cerca de 20 osos andinos procedentes de diversas partes del país e incluso de Ecuador como fue el caso de Bambi, una osa que fue rescatada de un circo.
Orlando junto con su familia, conformada por su esposa y dos hijos, constituyeron una reserva en el municipio de Guasca, la cual actualmente hace parte de la Red de Reservas de la Sociedad Civil, donde se adelantan acciones de cuidado y conservación de osos andinos y en donde la Fundación Bioandina Colombia –FBC cuenta con ocho individuos de oso andino provenientes de varios departamentos como el Cauca, Nariño, Putumayo, Casanare, Boyaca, Norte de Santgander, Circo del Ecuador que incluso han sido sacados de áreas del Sistema de Parques Nacionales tras la caza y muerte de sus madres. Es así, como han rescatado oseznos de PNN Pisba, PNN Tama, PNN Chingaza, PNN Cocuy entre otras áreas.
Simultáneamente al proceso de rehabilitación, Orlando y sus compañeros enfocan grandes esfuerzos en acciones de educación ambiental, principalmente con las comunidades que comparten los entornos cercanos con la especie, con el objetivo de concienciar a la gente de la importancia de la presencia del oso andino en nuestros ecosistemas naturales. También capacita a las comunidades en otras formas de uso y producción del territorio de manera más amigable y sostenible en el tiempo.
Hoy su gran motivación para seguir trabajando por el oso es su condición crítica de conservación ya que ha desaparecido de la mayoría de ecosistemas donde se encontraba, y su importancia en los ecosistemas silvestres donde habita, pues este animal presta infinidad de servicios ecológicos; donde aún se registra es muestra clara del estado de dichos ecosistemas con capacidad para mantener y albergar a uno de los mamíferos silvestres de mayor tamaño en el país, es polinizador, dispersor de semillas principalmente las de gran tamaño y difícil germinación como por ejemplo las palmas, moldeador de la estructura del bosque entre otras cualidades que lo distinguen, pero quizás la mayor razón es la del derecho a la vida y a la existencia como todos los demás seres vivos.