Serpientes

Las serpientes son reptiles carnívoros, de cuerpos alargados y sin extremidades, agrupados en el orden Squamata y suborden Serpentes.

Generalidades

El grupo de las serpientes incluye gran variedad de especies, con diferentes hábitos ecológicos, comportamientos e historias de vida. Habitan tanto la tierra, como el agua dulce y salobre. Muchas especies viven entre las raíces y la hojarasca, algunas son fosoriales, mientras que otras son arborícolas.  Su reproducción en su mayoría se da por medio de huevos, los cuales son enterrados en túneles o bajo la hojarasca, aunque algunas especies dan a luz a sus crías. En ciertas especies se ha encontrado que hay cuidado de los nidos e incluso de los juveniles por parte de los padres (Hrima et al. 2014, Alexander 2018).

La gran mayoría de especies de serpientes no son venenosas, se estima que a nivel mundial aproximadamente solo el 15% de las especies representa peligro para las personas (Gold et al. 2002). Sin embargo, el desconocimiento, el miedo y los diferentes mitos alrededor de estos animales fortalecen la percepción negativa que se tiene de ellos, y que se convierte en una de las principales barreras a superar para lograr su conservación.

¿Dónde se encuentran las serpientes?

A nivel mundial las serpientes se encuentran en todos los continentes con excepción de la Antártida, tanto en hábitats terrestres como acuáticos y desde el nivel del mar hasta por encima de los 4000 m.s.n.m. (Wallach et al. 2014, Hofmann et al. 2012); y encontramos  una mayor diversidad de este grupo en las regiones tropicales y subtropicales del planeta.

¿Cuántas especies de serpientes hay?

En el mundo se reconocen aproximadamente más de 3800 especies de serpientes, de las cuales cerca de 316 habitan en Colombia (Uetz y Hosek, 2020), convirtiéndolo en uno de los países a nivel mundial con mayor riqueza de estos animales.

Importancia en los ecosistemas

Son animales que mantienen el balance en las redes tróficas y por lo tanto la salud de los ecosistemas. Como animales estrictamente carnívoros regulan poblaciones de un gran número de especies, incluidas de aquellas que consideramos plagas de cultivos o que transmiten enfermedades, como roedores, caracoles, arañas e insectos. Adicionalmente, son alimento de gran variedad de especies entre las que se encuentran búhos, águilas, halcones, comadrejas, zarigüeyas, mapaches, zorros, micos y felinos. Por esto, cuando sus poblaciones disminuyen, muchas otras especies incluidas  nosotros los humanos, nos vemos afectados.

Recientemente se ha descubierto el potencial de algunas especies de serpientes como agentes secundarios en la dispersión de semillas (Reiser et al. 2018), por lo que la importancia de estos animales en los procesos de sucesión y regeneración de ecosistemas podrá ser reconocido en los próximos años.

Amenazas

Una de las principales amenazas de este grupo de animales es la pérdida de hábitat debido a la transformación humana para dar paso a actividades de ganadería, agricultura y urbanización. Adicionalmente, a medida que la población humana avanza transformando los ecosistemas de los que las serpientes dependen, el conflicto con ellas se hace cada vez más frecuente. Las personas desconocen su valor ecológico y esto, sumado al miedo y concepción errada de que todas las serpientes son venenosas, resulta en la persecución y matanza de estos animales, con estimaciones de cientos de millones de serpientes muertas al año (Lynch 2012).

Las carreteras y caminos son una barrera para su desplazamiento (Van der Ree et al. 2015) y las ha convertido en un grupo muy vulnerable a la mortalidad directa relacionada con el atropellamiento por parte de vehículos en carreteras (Quintero-Angel et al. 2012, Maschio et al. 2016, Rincón-Aranguri et al. 2019). En Colombia se estima que un número cercano a los 177 mil individuos de serpientes mueren anualmente por esta razón (Lynch 2012).

La depredación por animales domésticos como los gatos ha sido demostrada como una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, afectando de forma importante a numerosos grupos de animales, incluidas las serpientes (Woinarski et al. 2018). Adicionalmente, el tráfico ilegal de especies de serpientes y el aprovechamiento con fines medicinales y artesanales son una amenaza para especies particulares como las boas y las víboras de cascabel (Lynch 2012).